“Todo esto habló Jesús por parábolas a la gente, y sin parábolas no les hablaba; para que
se cumpliese lo dicho por el profeta, cuando dijo: Abriré en parábolas mi boca;
Declararé cosas escondidas desde la fundación del mundo.” (Mateo 13:34-35)
Parábolas
La palabra “parábola” significa una comparación entre dos objetos. Por lo tanto, una
parábola puede contener una palabra principal que se utiliza para reflejar otro concepto
u objeto singular.
Por qué Dios usa las parábolas, Jesús dijo: “Por eso les hablo por parábolas: porque
viendo no ven, y oyendo no oyen, ni entienden.” (Mateo 13: 13).
Compartiremos algunos versos sobre parábolas en la Santa Biblia:
“Abriré mi boca en proverbios; hablaré cosas escondidas desde tiempos antiguos.”
(Salmo 78: 2).
“Para entender proverbio y declaración, palabras de sabios, y sus dichos profundos.”
(Proverbios 1: 6).
“Hijo de hombre, propón una figura, y compón una parábola a la casa de Israel.”
(Ezequiel 17: 2)
“Y he hablado a los profetas, y aumenté la profecía, y por medio de los profetas usé
parábolas.” (Oseas 12: 10).
Why God uses parables, Jesus said, “This is why I speak to them in parables: “Though seeing, they do not see; though hearing, they do not hear or understand.” (Matthew 13: 13).
We will share some verses about parables in the Holy Bible:
“I will open my mouth with a parable; I will utter hidden things, things from of old” (Psalm 78: 2)
“for understanding proverbs and parables , the sayings and riddles of the wise.” (Proverbs 1: 6)
“Son of man, set forth an allegory and tell it to the Israelites as a parable.” (Ezekiel 17: 2)
“I spoke to the prophets, gave them many visions and told parables through them.” (Hosea 12: 10)
Vestidos Nuevos en un Abrigo Viejo
“Nadie pone remiendo de paño nuevo en vestido viejo; porque tal remiendo tira del
vestido, y se hace peor la rotura.” (Mateo 9:16)
La Lámpara en el Soporte
“Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede
esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero,
y alumbra a todos los que están en casa.” (Mateo 5:14-15)
La Sal
“Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada? No
sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres.” (Mateo
5:13)
Constructores Sabios y Tontos
“Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre
prudente, que edificó su casa sobre la roca. Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron
vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la
roca. Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un
hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; y descendió lluvia, y vinieron ríos,
y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su
ruina.” (Mateo 7: 24-27)
El Sembrador y Cuatro Tipos de Terreno
Y les habló muchas cosas por parábolas, diciendo: “He aquí, el sembrador salió a
sembrar. Y mientras sembraba, parte de la semilla cayó junto al camino; y vinieron las
aves y la comieron. Parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; y brotó
pronto, porque no tenía profundidad de tierra; pero salido el sol, se quemó; y porque no
tenía raíz, se secó. Y parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron, y la ahogaron,
Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta
por uno. Oíd, pues, vosotros la parábola del sembrador: Cuando alguno oye la palabra
del reino y no la entiende, viene el malo, y arrebata lo que fue sembrado en su corazón.
Este es el que fue sembrado junto al camino. Y el que fue sembrado en pedregales, éste
es el que oye la palabra, y al momento la recibe con gozo; pero no tiene raíz en sí, sino
que es de corta duración, pues al venir la aflicción o la persecución por causa de la
palabra, luego tropieza. El que fue sembrado entre espinos, éste es el que oye la palabra,
pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se hace
infructuosa. Mas el que fue sembrado en buena tierra, éste es el que oye y entiende la
palabra, y da fruto; y produce a ciento, a sesenta, y a treinta por uno.” (Mateo 13: 3-8,
18-23)
La Mala Hierba entre Buenas Plantas
“Les refirió otra parábola, diciendo: El reino de los cielos es semejante a un hombre que
sembró buena semilla en su campo; pero mientras dormían los hombres, vino su
enemigo y sembró cizaña entre el trigo, y se fue. Y cuando salió la hierba y dio fruto,
entonces apareció también la cizaña. Vinieron entonces los siervos del padre de familia
y le dijeron: Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde, pues, tiene
cizaña? El les dijo: Un enemigo ha hecho esto. Y los siervos le dijeron: ¿Quieres, pues,
que vayamos y la arranquemos? El les dijo: No, no sea que, al arrancar la cizaña,
arranquéis también con ella el trigo. Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la
siega; y al tiempo de la siega yo diré a los segadores: Recoged primero la cizaña, y
atadla en manojos para quemarla; pero recoged el trigo en mi granero.
Entonces, despedida la gente, entró Jesús en la casa; y acercándose a él sus discípulos,
le dijeron: Explícanos la parábola de la cizaña del campo. Respondiendo él, les dijo: El
que siembra la buena semilla es el Hijo del Hombre. El campo es el mundo; la buena
semilla son los hijos del reino, y la cizaña son los hijos del malo. El enemigo que la
sembró es el diablo; la siega es el fin del siglo; y los segadores son los ángeles. De
manera que como se arranca la cizaña, y se quema en el fuego, así será en el fin de este
siglo. Enviará el Hijo del Hombre a sus ángeles, y recogerán de su reino a todos los que
sirven de tropiezo, y a los que hacen iniquidad, y los echarán en el horno de fuego; allí
será el lloro y el crujir de dientes. Entonces los justos resplandecerán como el sol en el
reino de su Padre. El que tiene oídos para oír, oiga.” (Mateo 13: 24-30, 36-43).
La Semilla de Mostaza
“Otra parábola les refirió, diciendo: El reino de los cielos es semejante al grano de
mostaza, que un hombre tomó y sembró en su campo; el cual a la verdad es la más
pequeña de todas las semillas; pero cuando ha crecido, es la mayor de las hortalizas, y
se hace árbol, de tal manera que vienen las aves del cielo y hacen nidos en sus ramas.”
(Mateo 13: 31-32)
Levadura
“Otra parábola les dijo: El reino de los cielos es semejante a la levadura que tomó una
mujer, y escondió en tres medidas de harina, hasta que todo fue leudado.” (Mateo 13:
33)
El Tesoro Escondido
“Además, el reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo, el cual
un hombre halla, y lo esconde de nuevo; y gozoso por ello va y vende todo lo que tiene,
y compra aquel campo.” (Mateo 13: 44)
La Perla Valiosa
“También el reino de los cielos es semejante a un mercader que busca buenas
perlas, que, habiendo hallado una perla preciosa, fue y vendió todo lo que tenía, y la
compró.” (Mateo 13: 45-46).
Red de Pesca
“Asimismo el reino de los cielos es semejante a una red, que echada en el mar, recoge
de toda clase de peces; y una vez llena, la sacan a la orilla; y sentados, recogen lo bueno
en cestas, y lo malo echan fuera. Así será al fin del siglo: saldrán los ángeles, y
apartarán a los malos de entre los justos, y los echarán en el horno de fuego; allí será el
lloro y el crujir de dientes.” (Mateo 13:47-50)
El Dueño de una Casa
“El les dijo: Por eso todo escriba docto en el reino de los cielos es semejante a un padre
de familia, que saca de su tesoro cosas nuevas y cosas viejas.” (Mateo 13: 52)
La Oveja Perdida
“¿Qué os parece? Si un hombre tiene cien ovejas, y se descarría una de ellas, ¿no deja
las noventa y nueve y va por los montes a buscar la que se había descarriado? Y si
acontece que la encuentra, de cierto os digo que se regocija más por aquélla, que por las
noventa y nueve que no se descarriaron. Así, no es la voluntad de vuestro Padre que está
en los cielos, que se pierda uno de estos pequeños.” (Mateo 18: 12-14)
El Siervo Despiadado
“Por lo cual el reino de los cielos es semejante a un rey que quiso hacer cuentas con sus
siervos. Y comenzando a hacer cuentas, le fue presentado uno que le debía diez mil
talentos. A éste, como no pudo pagar, ordenó su señor venderle, y a su mujer e hijos, y
todo lo que tenía, para que se le pagase la deuda. Entonces aquel siervo, postrado, le
suplicaba, diciendo: Señor, ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo. El señor de
aquel siervo, movido a misericordia, le soltó y le perdonó la deuda. Pero saliendo aquel
siervo, halló a uno de sus consiervos, que le debía cien denarios; y asiendo de él, le
ahogaba, diciendo: Págame lo que me debes. Entonces su consiervo, postrándose a sus
pies, le rogaba diciendo: Ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo. Mas él no
quiso, sino fue y le echó en la cárcel, hasta que pagase la deuda. Viendo sus consiervos
lo que pasaba, se entristecieron mucho, y fueron y refirieron a su señor todo lo que
había pasado. Entonces, llamándole su señor, le dijo: Siervo malvado, toda aquella
deuda te perdoné, porque me rogaste. ¿No debías tú también tener misericordia de tu
consiervo, como yo tuve misericordia de ti?” (Mateo 18: 23-34)
Trabajadores del Viñedo
“Porque el reino de los cielos es semejante a un hombre, padre de familia, que salió por
la mañana a contratar obreros para su viña. Y habiendo convenido con los obreros en un
denario al día, los envió a su viña. Saliendo cerca de la hora tercera del día, vio a otros
que estaban en la plaza desocupados; y les dijo: Id también vosotros a mi viña, y os daré
lo que sea justo. Y ellos fueron. Salió otra vez cerca de las horas sexta y novena, e hizo
lo mismo. Y saliendo cerca de la hora undécima, halló a otros que estaban desocupados;
y les dijo: ¿Por qué estáis aquí todo el día desocupados? Le dijeron: Porque nadie nos
ha contratado. El les dijo: Id también vosotros a la viña, y recibiréis lo que sea justo.
Cuando llegó la noche, el señor de la viña dijo a su mayordomo: Llama a los obreros y
págales el jornal, comenzando desde los postreros hasta los primeros. Y al venir los que
habían ido cerca de la hora undécima, recibieron cada uno un denario. Al venir también
los primeros, pensaron que habían de recibir más; pero también ellos recibieron cada
uno un denario. Y al recibirlo, murmuraban contra el padre de familia, diciendo: Estos
postreros han trabajado una sola hora, y los has hecho iguales a nosotros, que hemos
soportado la carga y el calor del día. El, respondiendo, dijo a uno de ellos: Amigo, no te
hago agravio; ¿no conviniste conmigo en un denario? Toma lo que es tuyo, y vete; pero
quiero dar a este postrero, como a ti ¿No me es lícito hacer lo que quiero con lo mío?
¿O tienes tú envidia, porque yo soy bueno? Así, los primeros serán postreros, y los
postreros, primeros; porque muchos son llamados, mas pocos escogidos.” (Mateo 20: 1-
16)
Dos Hijos
“Pero ¿qué os parece? Un hombre tenía dos hijos, y acercándose al primero, le dijo:
Hijo, ve hoy a trabajar en mi viña. Respondiendo él, dijo: No quiero; pero después,
arrepentido, fue. Y acercándose al otro, le dijo de la misma manera; y respondiendo él,
dijo: Sí, señor, voy. Y no fue. ¿Cuál de los dos hizo la voluntad de su padre? Dijeron
ellos: El primero. Jesús les dijo: De cierto os digo, que los publicanos y las rameras van
delante de vosotros al reino de Dios. Porque vino a vosotros Juan en camino de justicia,
y no le creísteis; pero los publicanos y las rameras le creyeron; y vosotros, viendo esto,
no os arrepentisteis después para creerle.” (Mateo 21: 28-32)
Inquilinos Malvados
“Oíd otra parábola: Hubo un hombre, padre de familia, el cual plantó una viña, la cercó
de vallado, cavó en ella un lagar, edificó una torre, y la arrendó a unos labradores, y se
fue lejos. Y cuando se acercó el tiempo de los frutos, envió sus siervos a los labradores,
para que recibiesen sus frutos. Mas los labradores, tomando a los siervos, a uno
golpearon, a otro mataron, y a otro apedrearon. Envió de nuevo otros siervos, más que
los primeros; e hicieron con ellos de la misma manera. Finalmente les envió su hijo,
diciendo: Tendrán respeto a mi hijo. Mas los labradores, cuando vieron al hijo, dijeron
entre sí: Este es el heredero; venid, matémosle, y apoderémonos de su heredad. Y
tomándole, le echaron fuera de la viña, y le mataron. Cuando venga, pues, el señor de la
viña, ¿qué hará a aquellos labradores? Le dijeron: A los malos destruirá sin
misericordia, y arrendará su viña a otros labradores, que le paguen el fruto a su tiempo.
Jesús les dijo: ¿Nunca leísteis en las Escrituras: ¿La piedra que desecharon los
edificadores, Ha venido a ser cabeza del ángulo? ¿El Señor ha hecho esto, Y es cosa
maravillosa a nuestros ojos? Por tanto, os digo, que el reino de Dios será quitado de
vosotros, y será dado a gente que produzca los frutos de él. Y el que cayere sobre esta
piedra será quebrantado; y sobre quien ella cayere, le desmenuzará.” (Mateo 21: 33-44)
Invitación a un Banquete de Bodas
“El reino de los cielos es semejante a un rey que hizo fiesta de bodas a su hijo; y envió a
sus siervos a llamar a los convidados a las bodas; mas éstos no quisieron venir. Volvió a
enviar otros siervos, diciendo: Decid a los convidados: He aquí, he preparado mi
comida; mis toros y animales engordados han sido muertos, y todo está dispuesto; venid
a las bodas. Mas ellos, sin hacer caso, se fueron, uno a su labranza, y otro a sus
negocios; y otros, tomando a los siervos, los afrentaron y los mataron. Al oírlo el rey, se
enojó; y enviando sus ejércitos, destruyó a aquellos homicidas, y quemó su ciudad.
Entonces dijo a sus siervos: Las bodas a la verdad están preparadas; mas los que fueron
convidados no eran dignos. Id, pues, a las salidas de los caminos, y llamad a las bodas a
cuantos halléis. Y saliendo los siervos por los caminos, juntaron a todos los que
hallaron, juntamente malos y buenos; y las bodas fueron llenas de convidados. Y entró
el rey para ver a los convidados, y vio allí a un hombre que no estaba vestido de boda. Y
le dijo: Amigo, ¿cómo entraste aquí, sin estar vestido de boda? Mas él enmudeció.
Entonces el rey dijo a los que servían: Atadle de pies y manos, y echadle en las tinieblas
de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes. Porque muchos son llamados, y pocos
escogidos.” (Mateo 22:2-14)
Señales del Futuro de una Higuera
“De la higuera aprended la parábola: Cuando ya su rama está tierna, y brotan las hojas,
sabéis que el verano está cerca. Así también vosotros, cuando veáis todas estas cosas,
conoced que está cerca, a las puertas. De cierto os digo, que no pasará esta generación
hasta que todo esto acontezca. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no
pasarán.” (Mateo 24: 32-35)
Sirvientes Sabios y Tontos
"¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, al cual puso su señor sobre su casa para que
les dé el alimento a tiempo? Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor
venga, le halle haciendo así. De cierto os digo que sobre todos sus bienes le
pondrá. Pero si aquel siervo malo dijere en su corazón: Mi señor tarda en venir; y
comenzare a golpear a sus consiervos, y aun a comer y a beber con los
borrachos, vendrá el señor de aquel siervo en día que éste no espera, y a la hora que no
sabe, y lo castigará duramente, y pondrá su parte con los hipócritas; allí será el lloro y el
crujir de dientes.” (Mateo 24: 45-51)
Las vírgenes Sabias y Tontas
“Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que tomando sus
lámparas, salieron a recibir al esposo. Cinco de ellas eran prudentes y cinco
insensatas. Las insensatas, tomando sus lámparas, no tomaron consigo aceite; mas las
prudentes tomaron aceite en sus vasijas, juntamente con sus lámparas. Y tardándose el
esposo, cabecearon todas y se durmieron. Y a la medianoche se oyó un clamor: ¡Aquí
viene el esposo; salid a recibirle! Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron, y
arreglaron sus lámparas. Y las insensatas dijeron a las prudentes: Dadnos de vuestro
aceite; porque nuestras lámparas se apagan. Mas las prudentes respondieron diciendo:
Para que no nos falte a nosotras y a vosotras, id más bien a los que venden, y comprad
para vosotras mismas. Pero mientras ellas iban a comprar, vino el esposo; y las que
estaban preparadas entraron con él a las bodas; y se cerró la puerta. Después vinieron
también las otras vírgenes, diciendo: ¡Señor, señor, ábrenos! Mas él, respondiendo, dijo:
De cierto os digo, que no os conozco. Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en
que el Hijo del Hombre ha de venir.” (Mateo 25: 1-13)
Los Siervos a Quienes les Fueron Dados Talentos
“Porque el reino de los cielos es como un hombre que, yéndose lejos, llamó a sus
siervos y les entregó sus bienes. A uno dio cinco talentos, y a otro dos, y a otro uno, a
cada uno conforme a su capacidad; y luego se fue lejos. Y el que había recibido cinco
talentos fue y negoció con ellos, y ganó otros cinco talentos Asimismo el que había
recibido dos, ganó también otros dos. Pero el que había recibido uno fue y cavó en la
tierra, y escondió el dinero de su señor. Después de mucho tiempo vino el señor de
aquellos siervos, y arregló cuentas con ellos. Y llegando el que había recibido cinco
talentos, trajo otros cinco talentos, diciendo: Señor, cinco talentos me entregaste; aquí
tienes, he ganado otros cinco talentos sobre ellos. Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y
fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu
señor. Llegando también el que había recibido dos talentos, dijo: Señor, dos talentos me
entregaste; aquí tienes, he ganado otros dos talentos sobre ellos. Su señor le dijo: Bien,
buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de
tu señor. Pero llegando también el que había recibido un talento, dijo: Señor, te conocía
que eres hombre duro, que siegas donde no sembraste y recoges donde no
esparciste; por lo cual tuve miedo, y fui y escondí tu talento en la tierra; aquí tienes lo
que es tuyo.
Respondiendo su señor, le dijo: Siervo malo y negligente, sabías que siego donde no
sembré, y que recojo donde no esparcí. Por tanto, debías haber dado mi dinero a los
banqueros, y al venir yo, hubiera recibido lo que es mío con los intereses. Quitadle,
pues, el talento, y dadlo al que tiene diez talentos. Porque al que tiene, le será dado, y
tendrá más; y al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado. Y al siervo inútil echadle
en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes.” (Mateo 25: 14-30)
Las Ovejas y las Cabras serán Separadas
“Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él,
entonces se sentará en su trono de gloria, y serán reunidas delante de él todas las
naciones; y apartarlos unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los
cabritos. Y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda. Entonces el
Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado
para vosotros desde la fundación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de
comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; estuve desnudo, y
me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí. Entonces los
justos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos,
o sediento, y te dimos de beber? ¿Y cuándo te vimos forastero, y te recogimos, o
desnudo, y te cubrimos? ¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti? Y
respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos
mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis. Entonces dirá también a los de la
izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus
ángeles. Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de
beber; fui forastero, y no me recogisteis; estuve desnudo, y no me cubristeis; enfermo, y
en la cárcel, y no me visitasteis. Entonces también ellos le responderán diciendo: Señor,
¿cuándo te vimos hambriento, sediento, forastero, desnudo, enfermo, o en la cárcel, y no
te servimos? Entonces les responderá diciendo: De cierto os digo que en cuanto no lo
hicisteis a uno de estos más pequeños, tampoco a mí lo hicisteis. E irán éstos al castigo
eterno, y los justos a la vida eterna.” (Mateo 25: 31-46)