¿Creó Allah a Adán a Su imagen y semejanza?

La cuestión de si Allah creó a Adán a Su semejanza o imagen se ha debatido y explicado en diversos textos islámicos. En el Corán se afirma que Allah creó a los seres humanos de la mejor forma (Al-Tin 95:4) y los formó perfectamente (Ghafir 40:64). Además, un hadiz narrado de Abu Hurayrah cita al Profeta diciendo que " Allah creó a Adán a Su imagen y semejanza, y medía sesenta codos". Cuando Adán fue creado, Allah le ordenó que saludara a un grupo de ángeles, y las palabras que éstos utilizaron a su vez se convirtieron en el saludo estándar para Adán y sus descendientes (Al-Bujari 6227 y Muslim 2841). Otro hadiz también menciona que, al entrar en conflicto, se debe evitar golpear el rostro, ya que Allah creó a Adán a Su imagen (Muslim 2612).

Estos hadices y narraciones implican que Allah tiene una imagen o forma distintiva (sourah) que no puede compararse con los atributos de los seres creados. Sin embargo, el pronombre "Su" en la frase "a Su imagen" se refiere a Allah, indicando que existe una conexión única entre la imagen de Allah y Su esencia divina. Los eruditos musulmanes han explicado que la palabra "imagen" de estos hadices, al igual que otros nombres y atributos mencionados en los textos islámicos, también puede aplicarse a los seres creados de forma limitada. Pero cuando se aplican a Allah, conllevan un significado y una significación únicos.

Ibn Taymiyah aclaró que el concepto de imagen de Allah debe entenderse en el contexto de los atributos divinos. Al igual que todo lo que existe debe poseer atributos, todo lo que existe por sí mismo también debe tener una forma o imagen. Es inconcebible que algo que existe independientemente no tenga una forma o imagen. Por lo tanto, que Allah tenga una imagen no es contradictorio con Su naturaleza divina (Naqd al-Ta'sees, 3:396).

Sin embargo, algunos eruditos han debatido la interpretación del pronombre en estos hadices, sugiriendo que se refiere a algo más que a Allah. Este punto de vista surgió durante el siglo III (después de Hijra) con el surgimiento de al-Jahamiyyah, una secta desviada. Eruditos notables como Abu Thawr, Ibn Juzaymah y Abu al-Shaykh al-Asfahani adoptaron esta perspectiva (Naqd al-Ta’sees, 3:202). Sin embargo, la mayoría de los eruditos, incluidas las primeras generaciones (salaf), afirmaron con firmeza que el pronombre se refiere a Allah. Los principales eruditos del Islam y la tradición sunita criticaron a los eruditos que negaron este entendimiento (Ta'wil Mukhtalif al-Hadith, 221; Sharh Kitab al-Tawhid min Sahih al-Bukhari, 2:41).

Es importante señalar que no se deben establecer paralelismos ni compararlo con Su creación cuando se habla de la imagen de Allah. Los atributos de Allah son únicos, perfectos y libres de cualquier imperfección o limitación. Por otro lado, los seres humanos poseen atributos finitos e imperfectos que no pueden compararse con los atributos de Allah. El Corán enfatiza que no hay nada como Allah, y que Él es el que todo lo posee, el que todo lo ve (al-Shura 42:11). No hay nadie igual ni comparable a Él (al-Ikhlas 112:4). (Maymu' Fataawa al-Shayj, 4:226)

Teniendo en cuenta este entendimiento, golpear la cara de alguien o maldecirle con deformidad está explícitamente prohibido. El hadiz que prohíbe golpear el rostro aclara que esto se debe a que Allah creó a Adán a Su imagen. "Cuando alguno de vosotros luche contra su hermano, que evite el rostro, pues Alá creó a Adán a Su imagen" (Muslim 2612). Tales actos faltarían al respeto a la santidad de la creación de Allah.

Además, la mención de que el primer grupo que entra en el Paraíso tiene la imagen de la luna significa su resplandor, pureza y belleza (Al-Bujari 3245; Muslim 2834). Sin embargo, esta comparación no implica una semejanza exacta, sino que sirve para ilustrar su elevado estatus y distinción.

En conclusión, el concepto de imagen de Allah debe entenderse en el marco de los atributos divinos. Allah creó a Adán a Su imagen, lo que significa una conexión entre los rasgos físicos de Adán y los atributos divinos de Allah. Sin embargo, esto no implica un parecido o semejanza entre Allah y Su creación. Los atributos de Allah son perfectos e infinitos, mientras que los atributos humanos son limitados e imperfectos. Es impermisible golpear el rostro de alguien o maldecirlo con deformidad. Comparar al primer grupo que entra en el Paraíso con la luna es una expresión metafórica para resaltar su pureza y belleza, no un parecido exacto (Sharh al-Aqidah al-Wasitah por Shaykh Muhammad ibn Uthaymeen, 1:107, 293).

El pasaje bíblico de Génesis 1:27 transmite la creencia de que Dios creó a la humanidad únicamente a Su semejanza o Imagen. El versículo dice: "Y creó Dios al ser humano a su imagen, a imagen de Dios lo creó; hombre y mujer los creó."

Este pasaje destaca el valor y la dignidad inherentes a todo ser humano, ya que está hecho a imagen de Dios. Esto implica que cada persona posee cualidades y características que reflejan la naturaleza de Dios. Además, el versículo subraya la naturaleza binaria de la creación humana, afirmando la existencia de los géneros masculino y femenino como componentes integrales del diseño de Dios.

Este pasaje de Génesis 1:27 sirve de base fundamental para la creencia en la santidad de la vida y la igualdad de todas las personas, independientemente de su sexo. Destaca la noción de que toda persona, como portadora de la imagen divina, tiene un valor inherente y es merecedora de respeto, compasión y amor.

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