1. Las áreas de la vida en nuestro planeta son tres: la tierra, la atmósfera y el mar.
2. La esencia de las cosas es tres: inanimada, vegetal y animal.
3. Las reglas del árabe son tres: el pronombre del hablante, el pronombre del destinatario y el pronombre del ausente.
4. El tiempo se divide en tres: pasado, presente y futuro.
5. El ser humano está compuesto de tres: aliento, espíritu y cuerpo.
6. La materia tiene tres estados comunes: sólido, líquido y gas
7. El átomo está compuesto de tres: el neutrón, el protón y el electrón.
8. Los colores primarios son tres: rojo, verde y azul.
9. La familia se compone de tres: padre, madre e hijos.
10. En las comparaciones usamos tres: arriba, abajo y en el mismo nivel.
11. En la medida hay tres dimensiones: longitud, anchura y altura.
12. El agua de la vida está compuesta de tres: dos hidrógenos y un oxígeno.
13. Los números son tres: el primer número impar es 3, porque 1 no es un número, sino el origen de los números.
A nuestro alrededor, la estructura de la naturaleza proclama la Trinidad. Podría citar muchos más ejemplos, pero elegí las cosas básicas sin las cuales no hay vida, como el agua y la materia en sí.
Por supuesto, el propósito de estos ejemplos no es probar la doctrina de la Trinidad. No, Dios es demasiado alto para ser medido o probado por cualquier cosa. Pero el propósito es señalar que, si Dios nos reveló que Él es una Trinidad, debemos reconocer que este concepto es consistente con el mundo natural que vemos a nuestro alrededor.
El Santo Injil declara claramente que las cualidades invisibles de Dios, Su poder eterno y Su naturaleza divina, se han visto claramente a través de Su Creación: “porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó. Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido.” (Romanos 1: 19-21).
Hay un solo Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo, una unidad de tres Personas coeternas. Dios es inmortal, todopoderoso, omnisciente, sobre todo y siempre presente. Él es infinito y está más allá de la comprensión humana, pero conocido a través de su auto revelación. Él es por siempre digno de adoración y servicio por parte de toda la creación. (Deuteronomio 6: 4; Mateo 28:19; 2 Corintios 13:14; Efesios 4: 4-6; 1 Pedro 1: 2; 1 Timoteo 1:17; Apocalipsis 14: 7.)